Variedades

CURANDERO DE ALMAS

Nos narró desde el día de su nacimiento en un bote pesquero, mientras su familia se trasladaba de Cubagua a Paria, huyendo de la miseria que los azotaba en la isla, así su infancia transcurriría en la península, de un lugar a otro, según lo exigiera el trabajo de su padre y de sus tíos. En esta vida tan nómada pudo, con mucha dificultad, culminar la primaria, pero para él representaba un gran triunfo; porque sabiendo leer descubría a través de los libros todo un mundo que le esperaba.

Con apenas quince años, emprendió un viaje que lo llevaría, en principio, por todas las regiones del país, trabajando en lo que se presentara, aprovechando cada rato libre para leer cuanto podía, para relacionarse con brujos, yerbateros, hechiceros, chamanes y todos aquellos que pregonaban tener poderes mágicos; pues desde entonces sentía una gran atracción por ese mundo misterioso. Conoció personajes con verdaderos dones, así como charlatanes de toda laya. Aquel viaje, comenzado a tan corta edad, no se detendría en fronteras, muy pronto caminaba los senderos de la Selva Amazónica, donde aprendería un poco de cada lugar, de cada planta, de cada cultura indígena. En pocos años recorrería toda América, conviviendo con la mayombería, la macumba, el vudú, la santería criolla y tantas otras creencias mágicas en su mayoría de origen afroamericano.

MEDITANDO

Una luz cegadora aparece

en el acuoso horizonte,

me guía, me atrae, me absorbe.

Soy uno con la luz, he perdido mi forma,

no tengo imagen y mi dimensión

se hace infinita…

No veo a nadie, pero percibo una multitud;

sé de la presencia de la humanidad toda,

la humanidad intemporal y ubicua.

RAÍCES

A no ser extranjero

en ningún lugar,

a aprender de la vida

según va fluyendo,

sin tomar esas cosas

que agobian el alma,

arrastrando al hombre

a la soledad.

Dra. Alegría de Niño-Médico Pediatra

Las denunciantes señalan con gran preocupación que no ha habido un día que la Doctora trabaje desde que fue asignada al Ambulatorio de San José de Perromuerto. Dedica todo su tiempo a jugar con los niños y en lugar de recetarle medicamentos, le recomienda a los padres que les den caramelos y chucherías a sus hijos; no ha prescrito una inyección en los últimos seis meses y para colmo no se hace respetar por sus pacientes que la llaman por su nombre de pila como si se tratara de una compañera de escuela.

Nos asomamos a este curioso caso y comprobamos que, si bien es cierto el contenido de la denuncia, también se debe señalar que la salud de los niños de esa comunidad ha mejorado sustancialmente desde la llegada de la Doctora Alegría al citado centro de salud.

Al parecer nuestra protagonista descubrió que un rato de alegría y alborozo proporciona más salud que beberse o inyectarse la mitad de una farmacia y hasta los medicamentos actúan con mayor eficiencia cuando el paciente logra un estado de animo alegre y optimista.

Cerveleon

Cerveleón tenia las cualidades del sabio y del profeta; era un gran filosofo, naturalista y poeta; pero por sobre todo era un hombre sencillo, algo bohemio y eso sí, un gran bebedor. Beber fue su gran delirio durante un largo tiempo, beber y no precisamente agua. Llegué a pensar que él medía la calidad del licor en octanos y no en grados alcohólicos.

– Cerveleón – le dije en broma – tú debes tener ron en lugar de sangre.
-No «mijo»- me contestó – porque si eso fuera así tan fácil, tú tendrías en la cabeza páginas en lugar de cerebro, con tanto librito de pacotilla que te la pasas leyendo.
– ¡Bueno! , pero bebiendo no se aprende nada, mientras que leyendo si – le contesté en tono airado.

¿DEMONIOS?

Es el demonio que preocupa, entristece y angustia sin previo aviso, es -como todos los demonios- un ser oscuro, irreal, innecesario y obsoleto.

Yo lo conocí muy bien porque viví con él y a veces lo veo enturbiando la vida de mis amigos, parientes y vecinos.

Cuando se torna violento, hace de su víctima un torbellino de ira, envidia e inseguridad. Es capaz de enfermar a todo aquel que lo deje entrar; porque la enfermedad no es otra cosa que el resultado de una forma inadecuada de pensar y sentir.

El Alcohólico

Luego vienen las lamentaciones. Que si nadie le comprende, que si tiene mucho trabajo en la oficina, que se mata como un burro trabajando para que ellos lo tengan todo, que es el hombre de la casa pero no le respetan. Comienza a recoger su ropa y es entonces cuando el llanto de la mujer y los niños le ruega que no se vaya. Es así como esta familia, cada noche, se intercambia los papeles de agresor y víctima, de perseguidor y perseguido, de héroe y villano.

Los vecinos, hace tiempo, dejaron de asustarse, de enfurecerse, hasta de preocuparse. La tragedia ha pasado a formar parte de sus vidas en forma transparente; para ellos es como vivir en los palcos de un teatro fatalista. Después de ver la obra durante tantas funciones y en temporada permanente, el espectador se hace conocedor de la trama y puede repetir los diálogos con toda precisión.